La Última Cena en la fachada principal
Para culminar todo este programa barroco de exaltación eucarística en la Catedral de Toledo, aún en el siglo XVIII se decidirá la realización de otra obra significativa. Todo este simbolismo concentrado en el interior del templo debía tener su proyección en el exterior. De ahí que en la remodelación de la fachada principal que, pasando los años (en ese mismo siglo XVIII en que se construyó el Transparente), llevó a cabo el arquitecto Eugenio López Durango bajo el mandato del Cardenal Lorenzana, se dispusiera una Última Cena para presidir precisamente dicha fachada principal. Parece que fue el escultor Mariano Salvatierra quien realizó las esculturas. La Catedral Primada, y con ella Toledo, se habían convertido ya por entonces en espacio eucarístico por antonomasia. A ello coadyuvaba de manera muy especial el grandioso esplendor que había alcanzado la Festividad del Corpus y, en ella, los Autos Sacramentales de Calderón de la Barca y José de Valdivielso y la Procesión Solemne con su inigualable joya eucarística: la Custodia de Arfe.