El Retablo Mayor de la Catedral
Construido en plena época de Isabel la Católica, entre los años 1498 y 1504, el espectacular Retablo fue concebido y realizado conforme a un estudiado programa de exaltación eucarística. En otro número de esta revista hemos hablado de lo complejo que resultó su elaboración y del gran concurso de artistas que intervinieron (Petit Juan, Maestro Rodrigo, Copín de Holanda, Sebastián de Almonacid, Felipe Bigarny y otros…). Lo verdaderamente importante, para el propósito que guía estas páginas, es constatar que todos los elementos de que consta este retablo, la superposición de escenas de la Vida de Cristo y la estructura piramidal de las mismas, con sus doseles, repisas y guardapolvos, todo, en definitiva, está ahí en función de la gran Torre Eucarística que se yergue majestuosa y vertical en el exacto centro visual, pieza que los documentos llaman con toda propiedad Custodia: en efecto, su finalidad es “reservar” (“custodiar”) al Santísimo Sacramento en la Capilla que tras el Retablo se oculta y a la que se accede por una puerta lateral y escalera interior.
Maestre Petit Juan llevó a cabo la construcción del armazón del Retablo y su estructuración a base de los pequeños pilares que dividen los cuerpos y espacios del mismo, así como los doseletes que separan y coronan los nichos en que se dispusieron las esculturas labradas por los distintos artistas que intervinieron. El conjunto es un impresionante modelo del arte gótico, en que destaca especialmente la mencionada Torre Eucarística, prodigio delicado y sutil de estructura piramidal y cuajada de minuciosas labores de estatuillas, repisas, guardapolvos calados y doseletes.
En un primer proyecto, la esbelta pieza eucarística iba a ser colocada en el espacio central del banco del Retablo. Ello explica que los temas escultóricos de esa parte refieran un claro contenido eucarístico: Última Cena, Lavatorio, Oración en el Huerto.
La Torre Eucarística, como queda dicho, señala el lugar exacto en que se custodia el Santísimo Sacramento. Y precisamente para destacar más tan sacrosanto lugar, a comienzos del siglo XVIII se ideó y llevó a cabo el espectacular proyecto del Transparente.