V Fastensonntag

Domingo de la resurrección de Lázaro

"El que cree en mí, aunque hubiera muerto (en la carne), vivirá en el alma hasta que resucite la carne para no morir después jamás". Porque la vida del alma es la fe. "Y todo aquel que vive (en la carne) y cree en mí (aunque muera en el tiempo por la muerte del cuerpo) no morirá jamás".

San Agustín In Ioannem tract., 49.

Lázaro, saliendo del sepulcro, representa al alma separándose de sus apetitos carnales. El salir atados los pies y las manos con vendas, nos enseña que aun los que abandonan las cosas carnales y sirven de corazón la ley de Dios, mientras están revestidos de este cuerpo no están libres de las tentaciones de la carne. Y el estar su rostro cubierto con un sudario nos enseña que en esta vida no podemos tener plena inteligencia. "Desatadle y dejadle ir". Estas palabras nos anuncian que después de esta vida desaparecerán todos los velos para que podamos ver cara a cara.

San Agustín Lib. 83 quaest. qu. 65.


Celebración litúrgica

Ez 37, 12-14.
Os infundiré mi espíritu, y viviréis.
Sal 129. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Rom 8, 8-11. El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros.
Jn 11, 1-45. Yo soy la resurrección y la vida.